sábado, 27 de abril de 2013

Maravilla Martínez enfrenta a Martin Murray el sábado

Para el vencedor, dicen, van los despojos -- y el campeón mundial de peso mediano Sergio Martínez, ciertamente está a punto de disfrutar los suyos: una pelea, largamente esperada, de bienvenida en Argentina.

Por los pasados años, Martínez ha tenido tremendo éxito en el boxeo en los Estados Unidos. En septiembre, en Las Vegas, Martínez tuvo su combate de más alto perfil, una defensa del campeonato lineal contra Julio César Chávez Jr. Martínez ganó por decisión unánime y se llevó el cinturón del alfabeto de Chávez en un en una dominante actuación, salvo por sufrir una fuerte caída en el duodécimo asalto que culminó dramáticamente uno de los combates más grandes del año.

Para su primera pelea desde esa significativa victoria, Martínez quería regresar a Argentina, su país natal donde no ha peleado desde el 2002 -- un lapso de 28 combates.

Tras la victoria sobre Chávez, Martínez le dejó muy claro al promotor Lou DiBella y el consejero Sampson Lewkowicz que quería pelear en Argentina, donde sus más recientes logros -- incluyendo los honores del mejor boxeador del 2012 y cinco exitosas defensas de título -- lo han convertido en una superestrella.

Ahora Martínez materializará su sueño finalmente combatiendo en casa nuevamente cuando defienda su título mundial contra uno de los mejores 10 contendientes, el inglés Martin Murray, en la noche del sábado (HBO, 8:30 ET/PT) como evento principal de un triple espectáculo dividido en localidades en el Atlético Vélez Sarsfield, con capacidad de 50,000 sillas en Buenos Aires.

DiBella y Lewkowicz están encantados de que fueron capaces de darle a Martínez la bienvenida a casa que tanto anhelaba.

"Él ha esperado por esta oportunidad de pelear nuevamente en Argentina por muchos, muchos, años, dijo DiBella.

Lewkowicz añadió: "Amo a Sergio como si fuese mi propio hijo, y es un honor para mí el poder proveerle esta oportunidad. Hemos hablado de esto desde hace mucho tiempo, el hacer este evento aquí en Argentina".

El triple evento abre en el Citizens Business Bank Arena en Ontario, California, donde el peso completo Cristóbal Arreola (35-2, 30 KO), de 31 años de edad, nativo de las cercanías de Riverside, California, se enfrentará contra el residente de Las Vegas Bermane Stiverne (22-1-1, 20 KO), de 34 años de edad y oriundo de Haití, en un combate de eliminación de título. Reprogramada por tercera ocasión debido a lesiones, el combate hará del ganador el retador obligatorio del campeón Vitali Klitschko.

De ahí la acción se mudará a Argentina para el combate de peso welter programado para 12 asaltos entre el argentino Luis Carlos Abregu (34-1, 28 KO), de 29 años -- cuya única derrota fue una por decisión ante Timothy Bradley Jr.-- y Antonin Decarie (27-1, 8 KO), de 30 años, oriundo de Montreal.

Argentina, mejor conocida en el boxeo por ser el país natal del campeón de peso mediano del Salón de la Fama, Carlos Monzón, será la sede de una de sus peleas más grandes en muchos años en Martínez-Murray. Será el primer combate de peso mediano por el título que se llevará a cabo allí desde que Jorge Castro derrotó a Reggie Johnson en el 1995.

"Esto se siente como un renacer para mí porque cuando partí de Argentina para España en el 2002, sentí la necesidad de salir de mi país para encontrar una mejor situación para mí y crecer como persona y como boxeador", dijo Martínez. "se ha cerrado el círculo, y ahora que regreso a mi país, soy una persona diferente de la que se fue de Argentina en el 2002.

"Soy más maduro como persona y como boxeador. No pude haberme imaginado una bienvenida mejor que ésta".

Cuando Martínez abandonó Argentina, se fue a boxear a España, donde aún pasa el tiempo y tiene amigos cercanos. Peleó allí y también en Inglaterra, hasta que se empató con Lewkowicz y se fue a los Estados Unidos a pelear en el 2007. Múltiples promotores norteamericanos desistieron de firmar a Martínez, pero DiBella, impresionado con los videos de sus combates, lo firmó y lo llevó hacia el título cuando superó en las tarjetas de anotaciones a Kelly Pavlik en un combate sangriento en el 2010. Aunque Martínez hubiese preferido pelear en Argentina antes, simplemente las cosas no cuadraron hasta ahora.

"Me estaba ganando bien la vida una vez que comencé a pelear en Europa, y luego de varias grandes victorias, me sentí cómodo", comentó. "No tenía que tener múltiples empleos en ese momento para sobrevivir. Esas oportunidades no existían en Argentina en ese momento y habían problemas en Argentina con antiguos promotores y manejadores".

Pero Martínez (50-2-2, 28 KO), un zurdo de 38 años de edad, se ha convertido en una estrella en Argentina hasta el punto en el que el gobierno está envuelto en el espectáculo del sábado. Martínez conoció a la presidenta de Argentina, Cristina Kirchner, quien hizo el anuncio oficial del combate. Él ha estado en la versión argentina de "Bailando con las Estrellas", y lo reconocen al instante.

Cuando Martínez llegó a Argentina desde su campamento de entrenamiento en España, DiBella dijo que fue una escena de locos. Martínez necesitó guardaespaldas y escolta policial.

"Ha habido una reacción apabullante", expresó DiBella. "Tiene que ser emocionante para él, al mismo tiempo, tiene un combate por el cual preocuparse contra un oponente real".

Sin embargo, DiBella siempre está preocupado. ¿Martínez? No, no mucho.

Sergio Martinez
Jeff Bottari/Getty ImagesLuego de vencer a Julio César Chávez Jr., Martínez exigió pelear en Argentina
"Mi equipo y yo estamos extremadamente confiados entrando en esta pelea, y las expectativas son muy altas, y por eso sé que este va a ser un gran evento y una gran noche para mis compatriotas", expresó Martínez.

Con su carrera admitidamente cerrándose, Martínez sentía fuertes emociones respecto a pelear nuevamente en Argentina antes de retirarse. Pero necesitaba el respaldo de HBO, el cual ha estado envuelto en sus pasadas nueve peleas. Martínez se reunió con el presidente de HBO Sports, Ken Hershman, quien dijo que la idea no había ni que discutirla. Así que ahora HBO cubrirá un combate en Argentina por primera vez en sus 40 años emitiendo peleas.

Cuando Martínez se enfrentó a Chávez, fue en el fin de semana del Día de Independencia mexicana, y a pesar de que fue en una sede pro Chávez, en el Thomas & Mack Center, habían miles de argentinos cantando, coreando y ondeando banderas en apoyo a Martínez en una escena memorable.

DiBella dijo que él cree que luego de que Martínez viera ese desbordamiento de amor por parte de aquellos que viajaron miles de millas para su combate, se convirtió en algo muy importante para el boxeador de reciprocar el sentimiento.

"Supo que éste era el momento de regresar a casa", dijo DiBella. "Cualquiera que estuvo presente en el Thomas & Mack fue testigo de que no eran unos cuantos argentinos que lo apoyaban. Habían miles. Fue impresionante para muchos cuán grande la contingencia de Argentina era. Me quedé estupefacto. Vinieron desde lejos.

"Así que estaba rondando por su cabeza el ir a casa a pelear, pero le fue mucho más claro luego de ese combate. Tengo que creer que ver ese tipo de apoyo, lo conmovió".

Aunque es un combate de bienvenida y una celebración por todos los logros que Martínez ha alcanzado, no le están dando un combate de exhibición. Por el contrario: Murray (25-0-1, 11 KO), de 30 años de edad, es un contendiente legítimo. Promovido por el ex campeón de peso junior welter, Ricky Hatton, Murray está invicto, tiene a su cargo un cinturón interino y tiene un empate ante Félix Sturm, campeón en ese entonces, en una pelea celebrada en diciembre del 2011 en Alemania, en un combate que muchos piensan que Murray mereció ganar.

"La pelea no será una fácil", explicó DiBella. "Murray es uno de los boxeadores más rudos en la división de peso mediano y es un muy buen boxeador y por esa razón es que Sergio quería esta pelea -- porque Murray presenta un desafío real y significativo. Sergio no quería ir a casa y enfrentarse a un cualquiera. Quería el mejor boxeador disponible que pudiésemos conseguir para llevar a Argentina".

Murray no está preocupado por pelear en territorio hostil, como lo hizo en Alemania contra Sturm.

"No me desalienta para nada", dijo Murray. "El público va a estar bien hostil, pero siempre estoy en la zona cuando entro al cuadrilátero, así que no hace ninguna diferencia lo que la gente esté haciendo a mi alrededor. Simplemente me enfocaré en subir al ring y hacer mi trabajo.

"Naturalmente, habrá un poco de nervios antes del combate, pero eso es bueno. Siempre me siento un poco nervioso. Me gustan y los uso a mi favor en mi desempeño".

Martínez dijo: "Murray va a ser un buen rival. Es un boxeador de peso mediano grande que tiene un estilo de ir hacia delante. Es joven, hambriento e invicto, y sé que no viene a Argentina a perder.

"Tengo respeto por Martin, pero no hay duda alguna en mi mente de que esta pelea va a terminar en nocaut. Mi entrenamiento para esta pelea ha sido el mejor que he tenido y mi confianza está en el nivel más alto posible, y por esa razón, yo garantizo que este combate terminará con un nocaut".

Eso sí sería un final como de un libro de cuentos para la tan larga esperada bienvenida de Martínez.

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