Luego de una paliza que duró ocho asaltos, el invicto y gran favorito Adrien Broner ( 25-0 con 21 KOs) se adueñó del cinturón de los ligeros del CMB al vencer por KO técnico al mexicano Antonio Demarco (29-3 con 21 KOs) . Fue la pelea estelar de un programa de la cadena HBO en la ciudad de Atlantic City (NJ).
La victoria de Broner en ningún momento estuvo en peligro y a la misma llegó gracias a los atributos naturales de este joven campeón, al cual muchos ya vaticinan como la futura gran estrella del boxeo mundial: velocidad, hermética defensa, convicción, personalidad y mucha técnica.
Ante todo eso, se esperaba que Antonio Demarco opusiera su poder de KO, aguante y confianza, pero careció de todo ello. Había dos escenarios posibles para un buen desempeño del mexicano: presión permanente y combinaciones por dentro o un estilo similar que le dio buen resultado a Daniel Ponce De León cuando perdió en controversial pelea ante Broner: distancia, golpes desde los ángulos y mantenerse alejado del espacio corto donde el estadounidense parece inexpugnable.
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Demarco no se ajustó a este último ni tampoco pudo poner en práctica el primero. Jamás consiguió romper la defensa del estadounidense y su estilo frontal le facilitó las cosas al nuevo campeón. Cada vez que intento llegar con su izquierda, quedo abierto para el contragolpe. Los impactos duros sobre su humanidad lo fueron minando. Broner golpeó al cuerpo con justeza y se vio facilitado por la errada decisión de su rival de ir a buscar la pelea en corto. Ya en el quinto asalto todos sabían en que terminaría el combate y tal vez la esquina de Demarco debió haber parado el pleito ya en el sexto asalto.
El nuevo campeón de los ligeros salvó el examen que todos esperaban que lo pudiera complicar. Broner es arrogante y eso molesta, pero sobre el cuadrilátero sabe muy bien lo que debe hacer para ganar. Lo demostró su primer asalto en el cual no se regaló, respetó a su rival y se mostró cauteloso hasta saber qué plan de batalla debería adoptar.
Luego utilizó el jab, esperó tranquilo sin arriesgar, se quitó los pocos golpes que llegaban manejando sus hombros al estilo Mayweather y fue conectando en forma precisa, minando la resistencia del oponente. Su ritmo empezó a crecer en el tercer episodio y cuando tuvo la distancia adecuada castigo arriba, abajo y con ganchos a las zonas medias.
El final de la pelea llegó al minuto y cuarenta y nueve segundos del octavo asalto, cuando tras una serie de golpes muy duros, un maltrecho Demarco se fue a la lona y desde allí miró a su esquina como pidiendo disculpas. La historia de su tercera defensa había finalizado con una durísima derrota.
Broner es nuevo campeón y desde ahora el hombre a vencer. El dice que está listo para todo y avisó que deberemos acostumbrarnos en el futuro a verlo liquidar a todo el que se ponga por delante. Una arrogancia que por lo pronto está justificada y a la cual también deberemos acostumbrarnos.
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