La figura del boxeo mexicano, Óscar Valdez, llegó a Londres con la fuerza de sus 21 años y la intención de hacer valer su experiencia en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 para conquistar una medalla antes del salto al profesionalismo. “Tengo otra mentalidad. Ya he vivido unos olímpicos, aquí vengo simplemente a pelear”, dice Valdez
“Venimos en perfectas condiciones. Estamos relajados, bien en el peso. El único objetivo es mantenerlo y llegar bien a la pelea” en Londres, afirma.
Al joven pugil no parecen pesarle ni las máximas esperanzas que su país ha puesto sobre él ni la reducción del peso permitido en la categoría gallo que vivirá en Londres-2012.
A Pekín 2008 llegó como un ilusionado joven de 17 años que no pudo contener las lágrimas al caer en primera ronda contra el mongol Badar-Uugan Enkhbat, que lograría el oro. En los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011 la historia fue diferente. Empujado por su talento y por el público mexicano, Valdez superó rivales hasta alcanzar la final, pero no fue capaz de derrotar al cubano Lázaro Álvarez, con quien puede encontrarse en Londres.
Su padre lo empezó a entrenar de niño cuando le confesó que había quedado marcado por una pelea del gran héroe mexicano Julio César Chávez. Nacido en Nogales (Sonora), en la frontera mexicana con Estados Unidos, el joven fue dando pasos en el boxeo con una facilidad pasmosa hasta lograr el billete a Pekín.
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