Fuera del ring, Jennifer Salinas parece otra mujer, alegre, bromista y divertida. Es que cuando le toca pelear se transforma, se vuelve agresiva y como ella dice, no le queda otra. “Ahí arriba, si no das te dan”.
Esta pugilista, de 31 años, quiere darle la primera corona mundial de boxeo a Bolivia, el 14 de septiembre, cuando se enfrente en Sonilum a la colombiana Yolis Marrugo.
La reina boliviana del boxeo, como la conocen en el ámbito internacional, detalló su entrenamiento y los sacrificios que se hacen en este deporte. “Ahora, me entreno como nunca porque un país me apoya”, asegura.
Sobre la Federación Boliviana de Boxeo (FBB) dijo que eran unos ignorantes por desconocer su currículum y también a la Federación Mundial de Boxeo (WBF).
Ahora que estás preparando la pelea, ¿cuántas horas al día entrenas?
R.- Máximo entreno cuatro horas, en dos horarios. La rutina por la mañana es puro boxeo, literalmente me saco el cuero de los nudillos (ver foto izq.) de las manos dándole al saco, mínimo durante 11 rounds, porque la pelea por el título Mundial es a 10 asaltos. Es decir estoy preparada para aguantar el combate; si se pudiera yo peleo ya. En los entrenamientos los rounds duran tres minutos, es decir uno más que lo normal.
¿Por las tardes es más complicado tu trabajo?
R.- Sí. Es bastante duro, además que voy pensando en que me van a dar un entrenamiento mortal. Por este motivo, hay veces que voy al baño y lloro. En esos momentos, me pregunto: ¿será que mi cuerpo está listo para esto? ¿será que no me estoy sobreentrenando? Es decir, dudo de mí.
¿La preparación es la misma que antes?
R.- No. Estoy haciendo un trabajo mucho más fuerte que antes. Es una pelea a 10 asaltos y la mayoría de mis combates fueron a cuatro, a seis y a ocho. Lo que pasa que todos los enfrentamientos por una corona mundial son a 10 round.
Y tu alimentación
R.- Nada fuera de lo normal. Por las mañanas cuatro huevos hervidos, café con leche, un pedacito de pan, queso, mortadela y muchas calorías, proteínas y carbohidratos. En el almuerzo siempre hay bastante verdura, papa y pollo a la plancha, pero sin sal. Por la tarde, después del entrenamiento una sopa de pollo, con pastas. Eso sí, no es una dieta rígida, pues como lo que quiero, en porciones pequeñas. No tomo soda.
¿Qué tan sacrificada es tu profesión?
R.- En mi situación realmente no tengo vida social, no salgo a bailar y no cuento con muchas amistades. Todo esto porque estoy concentrada en mis entrenamientos y en casa la paso con mis niños. Por decirte que hace tres meses con mi esposo salimos, pero de ahí para atrás no me acuerdo cuándo fue la anterior vez. Y no me quejo por ello, pues me mantengo muy enfocada en el boxeo.
¿Y cómo haces con la atención de tus hijos y esposo?
R.- Trato de balancear todo, sin quitarles mucho la niñez a mis hijos, que me acompañan a los entrenamientos. Ellos a veces quieren hacer actividades en las que mi cuerpo no rinde por el cansancio del trabajo y ahí le digo a mi esposo que me ayude. Es uno de los sacrificios por el boxeo, que no es fácil, pero tampoco es lo peor.
En algunos sitios de internet estás entre las boxeadoras más sexis...
Sí, pero lo sexi no me quita lo ruda y agresiva. En el ring cambio.
¿Con cuatro hijos, cómo haces para mantener tu escultural figura?
R.- Con la ‘lipo’ (bromea). Me pagan por entrenarme duro y gracias a ello me mantengo así.
¿Algunos de tus retoños están siguiendo tus pasos?
R.- Mi hijo de cinco años (Juan Pablo). Él va al boxeo todos los sábados, y durante la semana practica jiu jitsu. Mi hija de nueve (Jaida) tiene una personalidad muy fuerte, pero le gusta bailar. La de 14 (Leticia) sale a correr conmigo, pero no tiene un deporte fijo. Y la bebita (Jalia, de 15 meses) ya tiene sus guantes de boxeo.
¿Por qué decidiste practicar un deporte donde hay más hombres que mujeres?
R.- Uno, porque por cuestiones de la vida tenía agresividad, que me sobraba. Por ello comencé a entrenarme muy fuerte y en ocho meses gané el campeonato de Michigan Guantes de Oro. Recuerdo que tenía 19 años y mi combate fue considerado el mejor de la noche. Además fui la primera latina en consagrarse en ese campeonato.
¿Tus peleas siempre fueron en el ring?
R.- No. Ese fue otro de mis motivos para empezar a boxear, pues mis peleas en la calle, en el colegio y en los restaurantes ya se estaban pasando de la raya.
¿Tuviste bastantes problemas por ello?
R.- Sí, porque no arreglaba los problemas verbalmente porque se me chipaba la lengua, y hacía el ridículo. En las peleas puedo hasta morder, pero discutir no. Era una persona muy agresiva y por ello me demandaron. Recuerdo que le rompí los dientes a un tipo en un club y tengo la cicatriz en mi mano. La verdad no había por qué reaccionar, pues la discusión había terminado y estaba un policía en el medio. Todo fue por un chicle que él le lanzó a una amiga. Este señor me demandó y gracias a Dios el juez fue suave y me salvé de ir a la cárcel. Cuando pasó eso tenía 16 años y ya estaba en Estados Unidos.
Y después que comenzaste a entrenarte, ¿seguiste peleando en la calle?
R.- Por un tiempo, hasta que mi entrenador me advirtió que si seguía así me iba a quitar mi licencia de boxeo para competir en los torneos en Estados Unidos.
¿Cuál fue el entrenador que te dio confianza?
R.- El cubano Ernesto Alonso de entrada me tuvo fe y vio en mí mucho talento. Llegué donde él porque en el primer gimnasio que fui no me hacían caso y nadie me enseñaba. Yo quería aprender a boxear con técnica y pelearme con alguien, pero que sea legal. Alonso me metió al ring de una vez a enfrentarme con los muchachos y me daba tremendas palizas.
¿Por qué crees que la Federación Boliviana de Boxeo no reconoce tu pelea?
R.- Aparte de que son medio graciosas las cosas que dicen de mí, creo que es por género, por el machismo que llevan ellos por dentro. Soy una mujer que estoy trayendo acá algo que nunca lograron ellos, que es pelear por un título mundial. También les molesta que no tengan nada que ver con el evento, y se mueren por ser parte de la organización, aunque no los necesitamos. Esta pelea es profesional y no se necesita permiso de nadie que tenga que ver con el boxeo amateur. Lo que estamos haciendo es un enfrentamiento con patrocinio y ellos no nos van a ayuda. Llevo añadas en estos y nunca se tuvo que pedir permiso a una federación amateur para lograr una pelea profesional. Yo pago todos los años en Estados Unidos mis derechos de boxeadora. Además, ellos nunca me han apoyado. Lo que están haciendo es un ataque personal, es difamación. Estamos pensando en demandarlos. También están perjudicando al boxeo boliviano, pues habrá peleas preliminares ese día del combate.
¿Qué le prometes a los bolivianos ese día?
Lo que puedo prometer de corazón es dar el 100 por ciento, yo no voy a asegurar la victoria. Hay que ser realista, en una pelea no tengo a nadie a quién pasarle los guantes, esto no es como el básquet donde hay cambios si alguien se cansa. Además en frente hay otra pugilista que busca lo mismo.
También informaron que hay una boxeadora boliviana que tiene más puntos que Jennifer Salinas en el ranquin...
No tengo nada en contra de ella, porque no tiene nada que ver, pero yo me le enfrento mañana mismo. Si se trata de demostrar quién tiene más experiencia, la reto. Repito, que Dios la bendiga, no tengo nada en contra de ella, pero solo tiene tres o cuatro peleas profesionales y yo cuento con 17, y 14 triunfos. Además he viajado por todas partes del mundo representando a Bolivia y las cosas que están diciendo estas personas son ridículas, y al parecer les pica la lengua para decir algo de Jennifer Salinas. Se están inventando barbaridades.
El perfil:
Jennifer Salinas
Fecha de nacimiento: 20-06-82
Edad: 31 años
Categoría: Supergallo
Organización: Peleará por el título de la Federación Mundial de Boxeo (WBF)
Esposo: El dominicano Ernesto Guevara
Hijos: Jalia (año y medio), Juan Pablo (5), Jaida (9) y Leticia (14)
Deportes: También le gusta el fútbol, la natación y la equitación
Instrumentos musicales: Toca piano y guitarra
Preparación: Entrena en Zegarra Factory y en Revitali.
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