Las personalidades opuestas de los dos contendientes, y a la vez, lo similar que ha sido su lucha contra las adversidades de la vida, le dan un toque especial al pleito.
Ambos salieron de hogares humildes y disfuncionales, para labrarse su propio camino con una disciplina y fuerza de voluntad que sólo tienen los privilegiados de la historia.
Mayweather anda tras el récord de otro boxeador icónico, Rocky Marciano, quien murió invicto dejando una foja de 49 victorias sin derrotas. Pacquiao quiere trascender en la historia de su país como el chico humilde que llegó a ser presidente.
"Se trata de legado, no de dinero. Y ambos lo sabemos", ha dicho Mayweather en cada ocasión que se le ha presentado.
El impacto global de este megacombate podría cambiar la historia del boxeo, del deporte, y hasta la del mundo del entretenimiento. Pero será el legado deportivo y humano que dejará, el que realmente se encargará de ubicarlo entre las grandes peleas del Siglo XXI.
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