Manny Pacquiao saldrá el sábado en Las Vegas con tres objetivos en su mente: vengar la polémica derrota ante Timothy Bradley, recuperar el título mundial de peso welter y conseguir una quinta y más redituable pelea ante el mexicano Juan Manuel Márquez.
A sus 35 años, el astro filipino pondrá toda la carne en el asador en busca de una victoria convincente que le permita demostrar a sus detractores lo lejos que aún está de su retiro boxístico, y lo cerca que permanece en la preferencia del público.
El 9 de juniuo de 2012, Bradley dio una de las mayores sorpresas del mundillo boxístico al derrotar por decisión dividida a Pacquiao, en el mismo escenario del hotel-casino MGM Grand de Las Vegas donde volverán a medirse el sábado.
La derrota ante Bradley fue seguida de un nocaut en el sexto asalto ante Juan Manuel Márquez seis meses más tarde, por lo que a Pacquiao le es imperativo demostrar que su victoria por decisión unánime sobre Brandon Ríos, en su única pelea del 2013, marcó un verdadero renacimiento de su carrera.
"Esta es una situación de victoria obligada para nosotros ", dijo el entrenador de Pacquiao, el Salón de la Fama Freddie Roach. "Buscaremos ganar cada round, uno a la vez".
A pesar de que Roach y "Pacman" quieren una clara victoria, ambos enfatizaron que el nocáut no será el objetivo del pleito.
En su lugar, dicen que presionaran de principio a fin con un ataque consistente, para evitar lo de la primera pelea, cuando Pacquiao creyéndose ganador, aflojó el paso en los finales del combate.
"No estoy pensando en un nocaut. Mi objetivo es lanzar muchos golpes. Voy a ser agresivo. Si el nocaut viene, será una ventaja", afirmó.
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