El día después de la llamada “Pelea del Siglo”, que la pasada noche protagonizaron Floyd Mayweather Jr. y Manny Pacquiao en el MGM Grand Garden Arena, de Las Vegas, se convirtió en una jornada llena de críticas, frustración y sobre todo decepción por la imagen que volvió a dar el boxeo.
Ayer se conoció por boca del promotor Bob Arum y el preparador de Pacquiao que el excampeón filipino salió a pelear con una lesión en el hombro derecho que le impidió tirar todos los golpes que habían previsto de cara a superar a Mayweather Jr.
Arum admitió que el personal de Top Rank, que representa a Pacquiao, hizo el papeleo incorrecto referente a la lesión, por lo que la Comisión de Nevada no autorizó que le pusieran una inyección de antinflamatorios antes de la pelea.
Una versión que ha sorprendido, pero que ya ha dejado abierta la puerta para que la revancha esté en camino, y lo único que falta por conocer es si se dará este mismo año o el próximo, cuando Pacquiao, de acuerdo a Arum se haya recuperado de la lesión sufrida el pasado marzo y que es “la misma que tuvo Kobe Bryant”.
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