Pasó un año y cuatro meses desde aquel imborrable 16 de noviembre de 2013, cuando Jennifer Salinas (bien llamada The Bolivian Queen dentro del ambiente del boxeo) llenó de orgullo al país tras hacerse del título mundial, justamente aquí, en su tierra natal.
En los últimos meses, la campeona boliviana con raíces cruceñas se mantuvo un tanto al margen de competencias en el país. Sin embargo, dio a conocer que próximamente peleará el título máximo (categoría Gallo) en Baltimore, Estados Unidos, donde la afición latina es mayoría.
Su capacidad por alimentar la pasión en su vida no se limita al ring y es tan grande como para dar espacio también al piano, mediante el que se libera y deja ser su esencia.
Desde su cuenta de Facebook, Jennifer ha subido un post en el que se la ve tocando ese instrumento que siempre la acompaña, pero lo hace para dejar un mensaje, ese que la llevó tal vez a boxear.
“Esta es una imagen de un video que saldrá muy pronto. He escrito una canción sobre el abuso sexual infantil. Será un mensaje muy fuerte”, describió en inglés Jennifer, anunciando el contenido del video.
Por otro lado, fue nombrada como Embajadora del Carnaval de Oruro en febrero pasado, mención que la acercó aún más al pueblo, que siempre la acogió con cariñó y vio en ella a una mujer boliviana luchadora, dueña de una belleza singular y una humildad sin límites.
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