Fue el boxeador más joven en ganar el título mundial de los pesos pesados a los 20 años. La pelea apenas duró seis minutos. En dos oportunidades fue campeón del mundo. Sin embargo, por lo general se habla de él por asuntos que exceden al deporte del boxeo. La vida de Mike Tyson es extrema, fastuosa y triste.
A los 13 años ya había sido arrestado en 38 oportunidades. Era un peleador callejero implacable. Creció en Brownsville, Brooklyn. Tuvo que aprender a defenderse de las burlas de otros niños que lo ridiculizaban por el ceceo que aún persiste en su habla, por ser gordo y usar los lentes que le quitaban cada vez que podían para tirarlos a la basura. Se cansó de que lo abusaran y empezó a defenderse a golpes, hasta convertirse en un pequeño ladrón vestido con prendas costosas que él no había comprado.
“Mi madre era una ramera, mi padre un cafisho, ¿que podía ser yo si no un potro lascivo?”, dijo en una entrevista al semanario alemán Der Spiegel.
Mike Tyson parece más un bizarro personaje de cómic que un hombre real. Estuvo en la cárcel por tres años acusado de violar a una mujer llamada Desiree Washington. Nunca dejó de negar la violación y aún hoy sostiene el daño irreparable que le causó la acusación que él dice falsa. En una entrevista con la cadena estadounidense Fox volvió a repetir que jamás había violado a Desireé, pero que ahora sí tenía ganas de hacerlo. “Esa acusación falsa me cambió la vida y tener el estigma de violador sin haber hecho nada me ha llevado a tener ese deseo”, dijo en esa oportunidad.
En 1997, Tyson protagonizó la pelea más extraña que jamás vio el mundo. Se enfrentó a su mayor rival, Evander Holyfield, y le arrancó un pedazo de una oreja de un mordisco.
No extraña la gloria
A lo largo de su carrera ganó 300 millones de dólares, lo que no impidió que en 2003 se tuviera que declarar en quiebra.
Hoy está retirado del boxeo. Tiene un tatuaje maorí en el rostro; se hizo musulmán en prisión. Es vegano y ya no bebe ni fuma ni se droga. Vive junto a su segunda mujer, Lakiha Spicer, “Kiki”, en La Vegas. Sus títulos ya no le interesan, sólo piensa en cómo pagar sus deudas. En realidad hubiese querido retirarse del ring mucho antes.
En una entrevista con Diego Maradona, en el programa “La noche del Diez”, que dirigía el astro del fútbol, Tyson afirmó que el sentido mismo del deporte lo había perdido hace mucho, cuando murió su tutor y entrenador, Cus D’Amato, el hombre que lo sacó del reformatorio, asumiendo su tutela y quien le enseñó a boxear. “Perdí el corazón” le dijo a Maradona.
D’Amato había sido como un padre para él, nadie más creyó en Tyson como lo hizo él. “Vas a ser campeón del mundo”, le dijo cuando Tyson tenía 13 años. D’Amato falleció antes de ver a su protegido ganar el título mundial de los peso pesados.
Palomas
El pasatiempo favorito de Mike Tyson siempre fue el de criar palomas.
De hecho, su primera pelea se dio cuando era niño con otro chico del vecindario, quien le robó una de las palomas que criaba; cuando le pidió que se la devolviera, el chico le torció el cuello y Mike le dio una golpiza.
Las palomas le dan paz y cordura, le dan la tranquilidad que le hace falta. Pero ni siquiera él entiende por qué ama tanto a estos animales. “Lo primero que llegué a amar en la vida fueron las palomas, no sé realmente por qué' Me siento ridículo tratando de explicarlo”, relata Tyson en una edición del programa Animal Planet y agrega que “las palomas forman parte de mi vida, son una constante en mi cordura y sencillamente a esto me dedico. Si tengo la fortuna de llegar a viejo, lo haré teniendo aves”.
El amor por las palomas surgió cuando era niño y un chico mayor que él que lo acosaba lo obligó a limpiar la jaula de sus palomas. Tyson se quedó fascinado y desde entonces empezó a ir voluntariamente a limpiar las jaulas.
Su vida actual
En 2005 participó en la comedia Hangover, lo hizo porque necesitaba dinero. Nunca pensó que el filme llegaría a ser un éxito, pero llegó a participar también en la segunda parte. El año pasado estuvo en el show “Bailando por un sueño”, de Marcelo Tinelli, en Buenos Aires. Hoy piensa en las deudas que debe pagar para conservar la casa, a pesar de todo lujosa, que tiene en Las Vegas y mantener el nivel de vida que aún tiene.
En su juventud Tyson vivía en medio de fiestas, drogas y prostitutas. “Me iba con prostitutas, pero ni siquiera podía hacer nada con ellas porque estaba demasiado drogado”, confesó a Der Spiegel en enero de este año.
En la actualidad, sólo sale a cenar a veces con su esposa y con algunos amigos. Se levanta temprano, no come carne ni bebe leche, come pasas y verduras. Cree que debió haberse retirado del boxeo muchísimo antes del deporte que lo hizo campeón.
“Boxear me volvía loco. Mi ego me enloquecía, yo era mi fan más apasionado. La competencia para cualquier mujer que quería acercarse a mí era yo mismo. Era demasiado joven, todo sucedió muy rápido y yo no tuve ningún chance para desarrollarme. Era un idiota, un loco, un demente poseído, un psicópata retardado, un desinhibido pedazo de mierda. Durante el primer tiempo de mi vida me dediqué a autodestruirme. Nunca pensé que llegaría a cumplir 30 años. Estoy feliz de estar aún vivo”, afirma.
El entrenador Cus D’Amato había sido como un padre para él, nadie más creyó en el boxeador Mike Tyson como lo hizo ese manager. “Vas a ser campeón del mundo”, le dijo cuando Tyson tenía apenas 13 años”. D’Amato falleció antes de cómo su protegido se apoderaba, gracias a la dinamita de sus puños, del título mundial.
hOY qUIERE SER UN HOMBRE DE FAMILIA
El único sueño del ex campeón mundial de boxeo Mike Tyson hoy es ser una persona mejor, un hombre de familia. “Quiero ser un buen padre, que mis hijos tengan una buena opinión de mí, porque yo no tengo una buena opinión de mí mismo. Me odio. Cuando me miro en el espejo veo a un cerdo. Trato de cambiar. Quiero ser un hombre humilde que se relaciona con los demás, con respeto. Eso me demanda un gran esfuerzo, pero creo que estoy en el camino correcto. Estoy madurando, quizás hasta me esté convirtiendo en un adulto”, dice.
El director Spike Lee proyecta un filme sobre su azarosa vida. “Yo sería coproductor y, quién sabe, tal vez podría cumplir el sueño de entrar al mundo del entretenimiento”, dice Tyson.
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