El pugilista Brian Fernández Cáceres que logró la medalla de bronce tanto en los Juegos Deportivos Bolivarianos de Santa Marta, Colombia, el año pasado, como en los Juegos Sudamericanos que se realizaron en Cochabamba en mayo pasado, ahora pretende buscar la medalla de plata y si es posible la de oro representando al país en los próximos Juegos Panamericanos 2019 en Lima, Perú.
Con esta expectativa intensifica sus entrenamientos.
Brian es un humilde deportista oriundo de Pucara y actualmente vive en Itocta, en la zona sur de la ciudad.
Incursionó en el deporte a sus 12 años, ingresando a una escuela de natación llamada Monarca, que promocionaba para pasar clases de taekwondo y comenzó a entrenar.
Se dedicó a la natación, pero con el transcurso del tiempo le comenzó a gustar más el taekwondo, por lo que se inscribió a este curso nuevamente. Durante ese tiempo participó en dos campeonatos del deporte de contacto en la categoría novatos, saliendo victorioso junto a sus entrenadores Adrián y Gloria Adriázola. Pasado un mes, la situación económica de su familia no era buena y dejó este deporte.
Después de un año, junto a sus hermanos mayores Diego y Andrés fueron a trotar por la laguna Alalay y al retorno vieron un gimnasio con un letrero que anunciaba clases de kick boxing. Su hermano Diego le dijo que practique esa disciplina, prometiendo pagarle el curso, además le comentó que era un deporte más completo, pero él no estaba muy decidido, porque le gustaba más el taekwondo. Sin embargo, aceptó la propuesta y después de la primera semana de práctica, el entrenador Alejandro Coscio le preguntó si practicaba alguna otra disciplina y le comentó lo que hacía, entonces le propuso participar en un campeonato de novatos de taekwondo.
Después, combatió con un taekwondista de la asociación, le ganó y dejó de practicar.
A sus 14 años conoció a Ariel Guzmán en el colegio. El muchacho practicaba kick boxing y le invitó a su club llamado Fight Club Rodríguez, y como a todo adolescente le dio curiosidad, así junto con 10 compañeros de su curso decidieron practicar ese deporte.
Desde el primer día que llegó al gimnasio le fascinó este deporte, porque los entrenadores, Rodrigo y Alejandro Rodríguez, tenían un buen carácter para enseñar, es por eso que le rogó a su madre que le diera dinero para pagar el curso y ésta aceptó, pero sin que sepa su padre.
El técnico, al ver sus cualidades, le preguntó si quería participar en un campeonato nacional de kick boxing que se iba a realizar en Tarija.
Muy entusiasmado comentó a su familia y le dijo a su padre que le dé permiso para viajar, pero él no quiso. Su hermano Diego le dijo que siga entrenando y que él conseguiría la autorización. Ganó un torneo selectivo y se clasificó para el nacional.
Llegó el día del viaje, su padre salió a trabajar muy temprano sin darle permiso y su hermano mayor le dijo vamos a la terminal de buses, después llamó a su padre y le dio la autorización. En el torneo conquistó el título y al llegar a Cochabamba su padre lo fue a recibir y viendo el trofeo se puso a llorar, después le abrazó, pero le dijo que ya no practicara este deporte.
Posteriormente, siguió entrenando, pero ya no le daban la mensualidad para pagar y tuvo que trabajar de cerrajero con su tío José (hermano de su madre) para cubrir sus gastos a fin de seguir practicando la disciplina.
Cada día llegaba del colegio, hacía sus tareas, después se iba a trabajar para su mensualidad y sus pasajes, sin avisarle a su padre que seguía entrenando diariamente, pero sus fieles confidentes, su madre y sus hermanos Diego y Andrés, sabían lo que hacía. Después, participó en varios campeonatos y salió victorioso.
Pasó el tiempo y su padre se puso mal, lo llevaron al médico y les dijeron que tenía un problema en el corazón, pero el costo de la operación era muy caro y no podían pagar.
Su entrenador Rodrigo le ofreció organizar un campeonato de clubes para colaborarle para la cirugía de su padre.
Brian en su colegio pidió permiso para utilizar el coliseo y el director le dijo que podía utilizarlo para realizar el torneo de beneficencia.
Todo lo recaudado fue destinado al pago de la intervención quirúrgica de su padre. Brian fue al hospital y le mostró el afiche. Su padre, al ver el cartel, entró en llanto junto a toda su familia.
La operación tuvo éxito y desde ese día su progenitor lo apoyó hasta el último momento de su vida.
A sus 17 años conoció al hijo del presidente de la asociación de boxeo, quien le invitó a la escuela de este deporte para formar parte de la selección local, pero Brian le dijo que no tenía recursos para solventar su preparación, por lo que fue becado y empezó a boxear.
Participó en un nacional derrotando a uno de los mejores de su categoría. Después intervino en otros nacionales y salió victorioso. Su buen desempeño le permitió conseguir una beca para ir a un campamento de boxeo en República Dominicana (30 de enero al 5 de febrero de 2016).
De retorno al país se puso a entrenar e ingresó a la Universidad Mayor de San Simón para estudiar la Carrera de Actividad Física y Deportes. Actualmente, cursa el segundo semestre. En la universidad conoció a muchos amigos y poco a poco comenzó a dejar el boxeo.
Un día recibió un mensaje de su hermano que le decía que su papá se puso mal y que estaba internado en el hospital. Al día siguiente de esa información, le llamaron para comunicarleque su padre había fallecido. Desde ese momento no quería saber nada del kick boxing y boxeo. Varios amigos de su padre le dijeron que no deje el boxeo y que siga entrenando en memoria de él. Poco tiempo después logró el título nacional y una beca para prepararse durante seis meses en la República Popular de China.
Retornó para los Bolivarianos en Santa Marta, Colombia, el año pasado y logró la medalla de bronce en la categoría minimosca (49 kilos).
A su regreso de este evento buscó un gimnasio para prepararse junto a su compañero Sergio Alcócer, con la ayuda del entrenador de la selección nacional, el cubano Alexis Rodríguez, y sus actuales técnicos de base, Rodrigo y Alejandro Rodríguez en la parte física, y trabajó para los Juegos Sudamericanos en Cochabamba.
Cuatro meses antes de los Juegos se lesionó del hombro izquierdo, pero hubo varias personas y el fisioterapeuta Luis Polo que le ayudaron para que vuelva a entrenar.
En los Juegos Sudamericanos obtuvo la medalla de bronce, perdiendo en la semifinal contra un boxeador que ganó la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.
"Mi padre no se perdía ninguna de mis peleas y me decía que se lo guarde un asiento en la primera fila. A los torneos nacionales, si eran cerca a esta ciudad, iba con su otro hijo en su auto, y si era lejos, lo hacia en flota".
"Mi progenitor me decía vendré directo a ver la final, porque se que definirás el título y me dio todo su apoyo moral. Cada vez que ganaba una medalla me bajaba del ring e iba a colgársela, diciéndole ‘para ti papa’ y él me felicitaba”. Brian Fernández. Boxeador valluno
FICHA PERSONAL
Brian Fernández Cáceres
Fecha de nacimiento: 2 de septiembre de 1997
Lugar: Cochabamba
Padres: Pablo y Teresa
Hermanos: Diego, Andrés, Belén y Sebastián
Deportes: Kick Boxing y boxeo
Dos robos a su familia se subsanaron con el premio
La alegría en la familia Fernández duró poco, ya que a los dos días de la premiación del Gobierno a los medallista de los Juegos Suramericanos 2018, unos ladrones se entraron a su casa y posteriormente sufrió otro atraco, y se llevaron los ahorros de su madre y sus hermanos .
El premio de 10 mil dólares que recibió por conseguir la medalla de bronce en los Juegos le sirvió para construir la muralla y hacer colocar las puertas de su casa, y lo demás destinó para un proyecto que todavía tiene en mente.
Su objetivo actual es seguir entrenando para lograr la clasificación a los Panamericanos a realizarse en Lima, Perú, del 23 de agosto al 1 de septiembre del próximo año, además buscará la medalla de oro o de plata, para estar una vez más en el podio y así conseguir una plaza para los Juegos Olímpicos de 2022, que es su principal sueño por cumplir.
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