La vuelta a la acción del campeón invicto estadounidense Floyd Mayweather Jr. tras su polémica pelea y triunfo ante el filipino Manny Pacquiao no ha generado ningún tipo de interés entre los aficionados que siguen sin comprar entradas para verlo en acción ante su compatriota Andre Berto.
De acuerdo a las empresas encargadas de la venta de entradas para la pelea que se va a disputar el próximo sábado en el MGM Garden Arena, de Las Vegas (Nevada), quedan todavía miles por vender, a pesar que los precios son "regalados" en comparación con los que se dieron para verlo el pasado mayo ante Pacquiao.
Mayweather Jr. y sus promotores aseguran que la pelea ante Berto, con el título del peso welter en juego, que supuestamente será la última que dispute como profesional, va a generar la mayor espectacularidad que se recuerde en los combates del campeón invicto, que de ganar empataría la marca del legendario Rocky Marciano (49-0).
Pero el mensaje no se lo cree nadie, ni tampoco que sea su última pelea y menos ante un rival de segunda fila como es Berto, cuando el próximo año tendrá de nuevo la posibilidad de una gran revancha ante Pacquiao y en la nueva MGM Garden Arena que se está construyendo.
"Estamos de regreso, hemos estado aquí demasiadas veces", dijo Mayweather. "Sé que hablar no gana peleas. Sé que los entrenadores no ganan peleas. Esto tiene que ver con los dos boxeadores arriba del cuadrilátero".
Luego en su ya sabido monólogo de expresiones como "siempre estoy preparado físicamente, mentalmente, tengo un gran plan de pelea, una trayectoria brillante y una manera especial de trabajar", llegaron las interrogantes sobre la polémica surgida con la violación de las normas establecidas sobre dopaje para la pelea ante Pacquiao.
Al final como siempre sucede dentro del mundo del boxeo nada quedó claro, ni tan siquiera la actuación que pudo tener la Agencia Antidopaje de Estados Unidos (USADA, por sus siglas en inglés) que era la encargada de supervisar a los dos púgiles antes de la pelea.
De acuerdo a un informe periodístico que dio a conocer la publicación SB Nation, Mayweather se habría inyectado fluidos intravenosos el día antes de su combate ante Pacquiao, previo a una recolección de la USADA, que sorprendió al campeón invicto en su residencia de Las Vegas.
El llamado rey libra por libra habría recibido dos mezclas diferentes de vitaminas para contrarrestar la deshidratación, según su equipo médico.
Aunque las sustancias no estén prohibidas, el informe periodístico asegura que las inyecciones intravenosas están descartadas por Agencia Mundial Antidopaje (WADA, por sus siglas en inglés), debido a que pueden esconder otras ilegales.
Sin embargo, posteriormente, exactamente 18 días después de haberse celebrado la pelea, el "Money Man" recibió una exención retroactiva de parte de la USADA por considerar que se trataba de un uso terapéutico, con lo que ahora insiste que el siempre ha estado limpio y ha sido bandera de la lucha antidopaje dentro del mundo del boxeo.
"Como ya se ha confirmado por la declaración de la USADA, no cometí ninguna violación a las directrices de pruebas de drogas en Nevada o con la USADA. Yo sigo y siempre he seguido las reglas de Nevada y la USADA, el estándar de oro en pruebas de dopaje", expresó Mayweather en un comunicado, recogido por la web de la cadena 'ESPN'.
Pero si la polémica relacionada con el asunto del sistema de antidopaje que utilizó para su pelea ante Pacquiao ha quedado en un segundo plano, lo que no ha podido superar es que su campaña de promoción del combate con Berto no ha podido superar la pobre imagen que tiene su rival y el seguimiento por parte de los aficionados.
Todo lo contrario de lo que ha sucedido cuando se ha enfrentado a un púgil latino y especialmente mexicano, con quienes a parte de la excepción de Pacquiao ha sido con los que ha batido todas las marcas de venta de entradas y de ingresos por los derechos de la televisión de pago.
El combate que protagonizó contra Pacquiao estableció la mejor marca de todos los tiempos al conseguir unos ingresos superiores a los 600 millones de dólares, de los que se llevó más de 200 por 120 que recibió el excampeón filipino.
Nada de eso sucederá ante Berto y de ser su última pelea será una de las más frustrantes de su carrera profesiona
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