De momento, Salinas trabaja intensamente en la parte física, durante siete horas diarias, para mantener ritmo en el boxeo. De manera individual y “sin ningún vínculo, ni apoyo del Gobierno de Bolivia, ni de la Federación Boliviana de Boxeo (FBB)”.
Salinas aseguró tenerle un gran cariño y afecto a Bolivia por la gente que siempre la recibe “bien” y le manifiesta su “apoyo”.
“Este año no me parece satisfactorio hasta el momento porque a mí me gusta tener al menos tres peleas por año. Sin embargo, aún estoy aguardando mi próxima pelea. La última fue 30 días atrás. La anterior, a principios de año. En la más reciente, le gané a una boxeadora norteamericana y seguiré esperando porque mis representantes gestionan mis próximos combates defendiendo el título mundial. Estoy cruzando los dedos y tengo la sensación de que esta es una espera que desespera”, señala la deportista.
La campeona mundial no deja de soñar con una pelea en Cochabamba y espera exponer pronto su cinturón en el ring y retener su corona. La boxeadora ahora está en la Llajta y apoya una campaña contra la violencia sexual hacia menores de edad.
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