El Niño, ese mismo que antes de un campeonato tuvo que quitarse absolutamente toda la ropa (incluso el calzoncillo) para dar en el peso exacto porque no podía bajar 200 gramos rebeldes, ahora asume el boxeo desde una óptica más madura y experimentada.
Planea retirarse con dos peleas. La primera será en marzo y la segunda, en abril, tentativamente contra el cruceño Andy Almendras. Si se proclama vencedor, revalidará el cinturón que actualmente ostenta, el de campeón nacional en peso Súper Ligero profesional.
El odontólogo, de 42 años, quiere salir por la puerta grande, por la misma que entró cuando tenía 18 años y se animaba a descubrir el universo del boxeo.
P: ¿Duele?
R: Duele mucho, pero es momento de retirarme. Sería bueno hacerlo con dos victorias. De todos modos, esto no queda acá. Seguiré incentivando a los chicos. Recuerdo que tenía 18 años cuando me subí al ring por primera vez, fue en un campeonato de Novatos en el que salí campeón nacional. Me emocionó bastante la medalla y seguí participando. He cumplido con lo deportivo, pero voy a hacer lo posible por estar hasta donde se dé en lo dirigencial.
P: ¿Entonces volverá a pelear por la presidencia?
R: Sí. Fui presidente de la Asociación por dos años. Creo haber hecho una buena gestión. Los boxeadores me tienen mucho cariño. Si está en mis manos, trataré de levantar el deporte y acompañar a los chicos.
P: ¿Qué fue lo más loco que le tocó hacer por amor al boxeo?
R: Uy, tengo una anécdota que jamás olvido. Yo nunca tuve que hacer esfuerzos para bajar de peso, pero una vez, en Tarija, era increíble, no podía bajar 200 gramos. Me saqué toda la ropa, absolutamente toda. Recién dí en el peso. No me voy a olvidar nunca de eso, fue frente a cámaras, boxeadores, chicos, hombres y mujeres ¡Realmente no tenía otra opción!
P: ¿Su hijo comparte su pasión?
R: Diego se subió al ring hace dos años. Sabe todos los movimientos, pero no quiere saber nada, ja ja ¡No le gusta pelear!ç
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